Al filo de mis lágrimas,
Al filo de tus labios,
Paralizada entre la espada y la pared,
Entre el infierno y el edén.
Acróbata de mis vaivenes,
En la cuerda floja de mis incertidumbres,
De un costado, un corazón que espera,
Del otro, una pasión que se incendia.
A veces, del lado de tu ausencia,
Otras, del de tus manos y tus besos,
Pero como funambulista que pende de un hilo,
Un soplido basta para perder el equilibrio.
La balanza siempre pesa en contra tuyo,
Y, así, siento posible mi despedida,
Más cuando el recuerdo apasionado te evoca,
Asesino las certezas que me separan de tu boca.
Imposible tolerar esa mirada penetrante,
Inhibe mi fortaleza para no caer en tus redes,
Simulo ser ciega ante mi tentación latente,
Absurdo el intento de controlar mi inconsciente.
Por ello, prolongo nuestro desencuentro,
Para retener el deseo de rodearme entre tus brazos,
Pero como una hoja que vuela sin destino,
El viento persiste en cruzarme en tu camino.
De esa manera, siempre llegas como si nada,
Luego de varios intentos de olvidarte,
Empero solo es suficiente el perfume de tu cuerpo,
Para derribar el fuerte inmune a tus besos.
Ya es tarde para empezar de nuevo,
Basta ya de jugar a la ruleta rusa,
Siempre quedo con la bala perdedora,
Esta vez es tiempo de asumir mi derrota.
Por ello, es momento de caer,
Son otros brazos los que me atajarán,
Ya he hecho demasiado por tí,
Es hora de escribir de esta historia su fin.
Crullams