domingo, 13 de marzo de 2011

Naufragio en Alta Mar

Como un mar embravecido, mi corazón palpita tu nombre, sin control ni limites, sin pudor ni razón. Hace tiempo que el barco puso en marcha su motor, en busca de aguas calmas. Por lagos y océanos, por ríos y lagunas. Todo sea para evadir ese mar de incierto y dudas. Y en cada oleada estás, como el cielo las estrellas, en mi recuerdo tu boca. El armazón ya desgastado por la erosión de tu sal, se debilita y se desvía de su rumbo. Deambula sin reparo y se topa con los témpanos de tu sombra. El timón me tiene dominada y dirige su propio destino. Elevo mis velas de resistencia, pero un huracán las destroza sin compasión. Ráfagas de inconsciencia cooperan con la deshonra, e incontrolables retoman el camino hacia mi perdición. Entonces, continúo con remos embusteros, y navego en contra de la corriente en que merodea mi mente. Pues, creo que es hora de atracar a puerto seguro, tomar la decisión y continuar con mi antiguo camino. Por más que el horizonte sea incierto, el mar de lágrimas debe evaporarse para salir de esta encrucijada de frenesí furtivo.
                               Crullams