De caminos que no llevan a ningún lado,
De tentaciones al estilo de manzanas prohibidas,
Y una loca razón que sólo justifica al corazón.
De eso está hecha la vida, la mía, la de hoy en día.
Jamás pensé atravesar este dilema,
Cuando nada lo es todo y cuando todo queda en la nada,
Cuando se mira en un espejo lleno de conceptos inciertos,
Cuando uno prioriza más un momento que un desafío eterno.
¿Cómo se llegó a esto? Es verdad que la vida trae sorpresas,
Que aquella aparente inocencia es sólo la farsa de lo escondido,
De los secretos ocultos, peligrosos y temidos.
Que se confía en los otros pero que se duda de uno mismo.
Ya nada es lo que era o lo que creía ser,
Si ni siquiera sé cómo poder huir de este maleficio.
De niña maldecía a los que pensaban y hacían lo que yo,
Y me convertí en mafiosa de mi propia historia de amor.
Creer que sería la mejor en esto, que nada iría a vencernos,
Pero la suerte me jugó una mala pasada,
Y el mazo se quedó sin cartas.
¿Pero cómo evitarlo? Imposible remover el pasado,
Pero tampoco quiero eliminarlo del futuro,
Aunque ni siquiera sé lo que sucederá en el próximo segundo.
Una cuerda floja que estirarla depende de mi valentía,
Pese a que la juzgada por el mundo sea la deseada.
Pero a nada llevará, sólo a un momento de adolescencia perdida,
Sólo a esto que emprendí que no dice nada, pero a la vez, transmite todo.
¿Y cómo fue que sucedió? Como agua en las manos se escabulló,
Gota por gota permití caer, y con una venda lo disfruté.
Hasta que por medio de maniobras eludí verlo,
Pero llegó primavera y todo comenzó de nuevo.
Y así es que llegué hasta acá,
Intentado olvidar, pero me recuerda aún más.
Evadiendo momentos que terminan en pensamientos ambiguos,
Tanto como esta decisión que no lleva a ningún camino.
Crullams.
Crullams.