jueves, 1 de octubre de 2009

Cuento De Ilusiones

Yo solo quería saber quien eras en verdad. Si vestís ese traje azul y la melena despeinada por el viento. Si aquel que se acerca desde lejos galopando su corcel blanco entre la pradera, eras vos, el que había soñado. Tu acento anglosajón, tus raíces europeas. Nativo de algún pueblo inglés, con sus tradiciones que me hacen creer que vivo en la Edad Moderna y que nuestro amor inspira a Shakespeare para escribir sus sonetos. Desafiando nuestras diferencias de cultura, edad, profesión. Luchando a capa y espada contra los enemigos que se oponen a tanto amor, a ese flechazo fugaz y furtivo. Pero ganamos la batalla. Nos revolcamos en las sierras verdes. La brisa rodea nuestros rostros. Se siente el aroma a rosas y el cantar de los petirrojos que revolotean a nuestro alrededor. Vos, yo… nuestras miradas se cruzan. Sonreímos enamorados porque la magia de ese amor nunca desaparecerá.
Todo parecía ser como aquellas historias que pensaba e imaginaba hasta el cansancio. Como aquellas películas que te ilusionan y te convences de que a vos también te puede pasar. Ficción. Como lo nuestro. Todo quedó a la mitad. Inconcluso. Sabía que no lo eras, que nunca iba a poder siquiera probar el sabor de tus besos u oler el perfume de tu piel. Incluso era conciente que nunca cabría tanto amor en mí por vos, ni en vos por mí. Desde siempre lo supe, y hoy más que nunca lo sigo sosteniendo. Pero me gustaba tanto esa idea de Mr. Right, que te hice protagonista, te disfracé. Y ahora sufro por alguien que nunca voy a conocer y que no existe. Porque así lo quiso el destino, del que tanto hablamos. Cada uno está en el lugar donde pertenece. Y volvemos a los brazos de aquellos extraños que más se acercan a lo que temporalmente deseamos. Peor aún, nunca te enterarás de quien creo que sos, de aquel ser imaginario que duerme conmigo por las noches. Sin embargo, te sigo viendo como aquel caballero, el que pierdo cada mañana cuando despierto. Me sigo mintiendo, creyendo que continuaremos esta historia que nunca comenzó…que seremos felices y que comeremos perdices
.

                                                                                                                                                 Crullams.